Escoliosis: ¿enfermedad de la columna o adaptación del cuerpo?
Como en otras ocasiones he comentado, lo primero que tenemos que hacer cuando nos aparece un problema de salud no es decirnos por qué me ha tocado a mí, si no que he hecho para que mi cuerpo reaccione de esta forma y por lo tanto ver la enfermedad como la mejor forma que tiene el cuerpo de reaccionar a lo que le está pasando.
En la escoliosis partimos de la base de que nada es simétrico en la naturaleza, y los humanos no íbamos a ser la excepción.
Todos tenemos un hombro más alto que otro, un ilíaco más en anteversión que otro y por lo tanto una pierna más larga que la otra. Se ha constatado que en torno al 90% de las personas tiene el ilíaco derecho más en rotación anterior que el izquierdo y por lo tanto la pierna derecha más larga.
Pero todo esto es normal y es fisiológico, debido a que la disposición de las vísceras no es simétrica en nuestro cuerpo, necesitamos más cierre en la parte derecha del tronco, donde está el colon ascendente para que se produzca la reabsorción de los líquidos y más apertura en el lado izquierdo para facilitar la expulsión de las heces a través del colon descendente y sigmoides.
Al igual que tenemos el hígado en la derecha, el estómago a la izquierda, … nuestras vísceras no son simétricas, por lo tanto nosotros fisiológicamente no podemos ser simétricos y todos somos de alguna forma escolióticos.
Las posibles Causas:
El problema está cuando la curva empiezan a aumentar los grados y eso es algo que preocupa, especialmente a los padres y madres de los adolescente que lo padecen, ya que es en esa edad de crecimiento y cambio hormonal importante cuando se van a acentuar los grados de lo que llamamos con el término médico “escoliosis idiopática”, y le añaden la palabra idiopática por que no se sabe con seguridad por qué se produce.
En la menopausia también es una etapa donde se pueden acentuar los grados, ya que se producen cambios hormonales importantes también, pero este aumento de grados principalmente está más relacionado con la desmineralización de los huesos y no tanto con el proceso hormonal.
Existe también casos en el que sin estar en alguna de estas etapas anteriores comienza a aumentar la desviación de la columna, ya que puede haber muchas causas como pueda ser un traumatismo importante, una fractura con aplastamiento vertebral, una cirugía, una víscera, etc….
Una vez nombrados los casos que se suelen dar de escoliosis vamos a analizar por qué se producen y lo que la osteopatía y las cadenas musculares pueden hacer para mejorar la calidad de vida de la persona y por supuesto evitar la temida cirugía.
En los últimos estudios sobre escoliosis idiopática la conclusión ha sido que parece que hay una causa hormonal, como hemos visto anteriormente los grados aumentan en los cambios hormonales y parece que hay un desequilibrio entre dos glándulas muy importantes que son la epífisis y la hipófisis, directoras del eje hormonal y que se encuentran en la silla turca, justo encima de la sincondrosis esfenobasilar, que es la unión entre el esfenoides y el occipital.
La causa de que se produzca este desajuste hormonal puede estar en algún sufrimiento en el parto, ya que la cabeza debe atravesar el canal del parto y en algún momento puede haber una compresión excesiva entre occipital y esfenoides y provocar que estas hormonas, pero sobre todo la hipófisis no haga bien su función.
Cada día constatamos en la consulta que las personas que tienen escoliosis tiene una torsión fuerte entre estos dos huesos del cráneo, es decir, una escoliosis craneal, condicionando el funcionamiento de estas glándulas. En el caso de las mujeres además hay desajustes y dolor importante en la menstruación.
Debido a esta compresión del cráneo tanto en el parto como en los meses siguientes al nacimiento provoca que los huesos cuando crecen se produce lo que se llama una escoliosis craneal y más adelante el cuerpo va a producir una escoliosis del tronco como adaptación a lo que está pasando en el cráneo.
Desde la osteopatía lo que hacemos es equilibrar el cráneo para que las suturas craneales estén libres y pueda crecer de forma homogénea y la función hormonal se desarrolle con normalidad y el tratamiento conviene realizarlo previamente o cuando se empiecen a ver los primeros signos de la escoliosis.
Otro de los signos que pueden alertar a los padres sobre un problema craneal es la plagiocefalia. La plagiocefalia es cuando hay una zona plana en el cráneo y por lo tanto uno de los factores predisponente a la escoliosis craneal y en un futuro de la columna vertebral como adaptación. En el momento en el que los padres observan algún tipo de zona plana o algo raro en el cráneo de su bebé en primer lugar deben acudir al pediatra para descartar algún tipo de enfermedad y a continuación deben ir al osteópata para liberar los bloqueos en las suturas craneales. Cuando se libera el cráneo de un bebé va a mejorar también la deglución, los cólicos, sueño, ánimo, …., pero lo que nunca se debe hacer es poner un casco al bebé, ya que nunca que se les debe aplastar el cráneo por un lado para que se expanda por el otro.
Además aconsejamos a los padres que el bebé no duerma siempre del mismo lado, que cambien al bebé para que no esté tumbado siempre del lado que da a la cama de los padres, lo normal sería que cada noche durmiera de un lado.
En el caso de los adolescentes en el que ya hay un crecimiento importante del cráneo, además habría que tratar otras adaptaciones que el cuerpo ha hecho durante el crecimiento. Lo que se trata es de liberar el cuerpo de posibles bloqueos y disfunciones, además de relajar y estirar los músculos que son causantes de esa escoliosis, como pueda ser el Dorsal ancho, cuadrado lumbar, trapecio, escalenos, ... y de liberar el diafragma y por lo tanto liberar la respiración.
En el segundo caso en el que se puede producir una escoliosis o un aumento de grados cuando hay una escoliosis de base es durante la menopausia. Desde la osteopatía el objetivo nuevamente es liberar el cuerpo de los posibles bloqueos que hacen que se desvíe la columna, sobre todo a nivel visceral, en caso de que haya estreñimiento, cicatrices por cesárea o apendicitis, ptosis de alguna víscera,…. Además de unas pautas de alimentación muy importantes para evitar la desmineralización y destrucción de los hueso.
Las células del hueso se renuevan constantemente como las de todo el cuerpo. Los osteoclastos son los encargados de “comerse” a las células del hueso que ya están viejas, y la actividad de los osteoclastos está regulada por los estrógenos.
Durante la menopausia, el descenso de los estrógenos hace que los osteoclastos se activen demasiado, provocando que se destruyan demasiadas células óseas y los huesos empiezan a estar llenos de pequeños agujeros, lo que se llama osteoporosis.
Durante la menopausia, el descenso de los estrógenos hace que los osteoclastos se activen demasiado, provocando que se destruyan demasiadas células óseas y los huesos empiezan a estar llenos de pequeños agujeros, lo que se llama osteoporosis.
La progesterona que es otra hormona femenina, ayuda a producir células óseas por medio de los osteoblastos, pero cuando se deja de ovular la producción de progesterona ovárica cesa por completo, por lo que los osteoblastos funcionan peor.
Por último, además de los dos casos comentados, se puede producir un aumento de la curvatura de la espalda por infinidad de motivos como puedan ser traumatismos importantes, cirugías, posturas en el trabajo, etc… y en diferentes etapas de la vida, pero esos casos hay que analizarlos en detalle y ver exactamente por qué nuestro cuerpo está reaccionando de esa forma.
La Nutrición:
Entre las pautas alimentarias, deberemos consumir principalmente carne, si es ecológica mejor, pescado, que no sea de piscifactoría, fruta, verduras, huevos, frutos de todo tipo, semillas, raíces y algunas hojas, flores y brotes.
Además debemos suplementar nuestra dieta con Vitamina D y vitamina K2, responsables de que se fije el calcio en los huesos, aunque la vitamina K2 no la pueden tomar las personas que estén tomando anticoagulantes como el Sintron.
Además no debemos olvidar el resto de minerales y componentes del hueso:
- Magnesio: que se encuentra en almendras y chocolate negro (más de un 70% de cacao).
- vitamina C: en frutas y verduras.
- Silicio en los tomates, la avena, los pimientos y la cola de caballo.
- Omega-3: pescados azules y huevos.
- Oligoelementos que se encuentran en el agua mineral.
Francisco Alonso
Fisioterapeuta
Fisioterapeuta
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