domingo, 26 de abril de 2015

Tendinitis 
Escrito por Julián Martínez San Juan, osteópata, quiromasajista deportivo y técnico superior deportivo
Un esfuerzo repetitivo o una sobrecarga en una zona de tu cuerpo puede provocar que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. Te contamos cómo recuperarte de una tendinitis.


Tendinitis

¿Qué es la tendinitis?

La tendinitis es la inflamación (con irritación e hinchazón) del tendón, que es la estructura que une el músculo con el hueso.
La tendinitis es una enfermedad crónica y recidivante. Esto provoca la degeneración del tendón, por ello actualmente el término tendinitis se está reemplazando por tendinopatías.
Este tipo de afecciones se han ido incrementando en los últimos tiempos debido al aumento de la práctica de actividades recreativas de carácter deportivo.
Causas de la tendinitis
Generalmente ocurre en adultos jóvenes por un esfuerzo repetitivo o sobrecarga de una zona del cuerpo. Esto provoca que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. Por este motivo, las tendinitis se consideran como enfermedades por sobrecarga, y son especialmente frecuentes dentro de la patología laboral y deportiva.
En adultos mayores la tendinitis ocurre debido al envejecimiento de los tejidos, y en estos casos puede haber degeneración del tendón.  
Puede verse afectado cualquier tendón, aunque la tendinitis se observa con mayor frecuencia en la parte superior del cuerpo:
  • Tendinitis del hombro.
  • Tendinitis del codo.
  • Tendinitis de la mano y muñeca.
De la cintura hacia abajo, es habitual la tendinitis del talón o tendinitis aquílea.


Tipos de tendinitis

Según la zona afectada tenemos varios tipos de tendinitis:

Tendinitis del hombro

Es unas de las quejas de dolor muscular más frecuente en adultos a partir de los 40 años. Se produce por envejecimiento de los tejidos, y es un tipo de tendinitis degenerativa, con debilitación del tendón y posibilidad de lesionarse.
Además, este tipo de tendinitis también ocurre en personas que practican béisbol, tenis, escalada, natación, o que trabajan en áreas que obligan a levantar el brazo. El dolor se siente adelante y se agrava al levantar el brazo sobre la cabeza, con el codo flexionado y sin movimiento del hombro. El dolor también aparece a la palpación y no existen signos radiográficos.
En las personas adultas suele producirse tendinitis del hombro por calcificación (depósitos en el tendón de cristales de calcio) en el 3% de los casos. En estos pacientes puede haber ausencia de dolor.

Tendinitis del codo

Al igual que en el hombro, los tendones del codo pueden inflamarse y degenerar. Generalmente es causada por traumatismos locales y la actividad excesiva, que se producen antes de la degeneración por envejecimiento de los tejidos.
El ejemplo mas clásico de la tendinitis del codo es el “codo del tenista” (epicondilitis), aunque esta afección no está en absoluto limitada a las personas que practican este deporte, sino que es una secuela de un traumatismo local, o de cualquier actividad repetitiva que utilice los músculos del antebrazo.
La mayoría de los pacientes se lesionan cuando realizan esfuerzos tales como ciertas labores de jardinería, llevar maletas o portafolios, y usar dispositivos como un destornillador. Se caracteriza por dolor en el lateral del codo que se irradia al antebrazo. El dolor aumenta con la actividad de los músculos del brazo, como la flexión de la muñeca, tanto para coger un objeto como al ofrecer resistencia.
Otro ejemplo es el “codo del golfista”; es comparable con la lesión descrita anteriormente aunque afecta a otra parte del codo. Sus síntomas y signos son similares.
Una lesión no tan frecuente como las anteriores, bastante específica de escaladores, es la conocida como “codo del escalador”; aparece dolor profundo en la cara anterior del codo (en la parte interna del brazo), difícil de palpar. Corresponde a la inserción del músculo braquial.

Tendinitis de la mano y muñeca

Generalmente ocurre por sobrecarga de trabajo de las manos, por ejemplo forzando la postura de las mismas al mecanografiar, coger objetos, estrujar ropa, con el uso continuo del ratón del ordenador, el uso de la micro-pipeta en el caso de los investigdores, etcétera. Dependiendo del tipo de trabajo afecta a un tendón u otro, tanto de la muñeca, como de los dedos de la mano. Un trastorno común es la tendinitis del dedo pulgar; el resultado es dolor en la zona de la muñeca, que se irradia al antebrazo y al pulgar. Aumenta a medida que pasan los días, empeorando por la noche. El movimiento de la mano se bloquea, de manera que el dolor no permite realizar ni el tipo de trabajo que provocó la tendinitis, ni cualquier otro movimiento de la mano, con el agravante de la pérdida de fuerza.
En el deporte de escalada, se produce frecuentemente tendinitis de los flexores de los dedos de la mano, que puede afectar a uno o varios dedos. Existe dolor en la cara palmar de los dedos, que se puede extender hasta un poco por encima de la muñeca. El movimiento de cerrar la mano resulta doloroso, pero lo es más todavía la apertura de la mano.

Tendinitis del talón

El tendón de Aquiles conecta los dos músculos de la pantorrilla al talón. La tendinitis puede desarrollarse por sobrecarga en personas jóvenes (atletas, corredores o caminantes y los que practican baloncesto). En personas adultas o ancianos este tipo de tendinitis es causada por la artritis. El dolor se siente al caminar y al ponerse de puntillas. Es muy importante la inmovilización del talón en este tipo de tendinitis, por la alta probabilidad de ruptura del mismo, debido a la presión que soporta el tendón.

Diagnóstico de una tendinitis

El elemento común en todos los casos de tendinitis es el dolor localizado en la zona del tendón. Aunque el dolor también se puede irradiar a otras zonas, como ocurre en el caso de la tendinitis de la muñeca, en que el dolor puede extenderse hasta el codo; y en la tendinitis del codo, en la que el paciente refiere dolor hasta la zona cervical.
El dolor comienza suave, sin afectar el movimiento de los músculos de la zona. A medida que pasan los días, este dolor se incrementa paulatinamente, irradiándose a otras zonas, e inmovilizando parcialmente el movimiento muscular, debido a que cualquier leve movimiento provoca tanto dolor que se pierde fuerza. El dolor empeora por la noche. La piel que cubre la zona del tendón se puede sentir caliente y enrojecida.
La característica general que nos permite diagnosticar la tendinitis es que el dolor remite después de un tiempo, para reaparecer en cualquier momento, independientemente de que se haya realizado un esfuerzo o no.
Para confirmar este diagnóstico el médico o especialista comprobará la existencia de dolor o sensibilidad especial cuando se fuerza el músculo al que está unido el tendón que se crea afectado. La hinchazón en la piel y la sensación de calor también orientan el diagnóstico.
En este caso, las pruebas de imagen radiológicas solo servirían para descartar otros posibles problemas.

Tratamiento de una tendinitis

El objetivo del tratamiento de la tendinitis es principalmente aliviar el dolor y, al mismo tiempo, reducir la inflamación. Se utilizan antiinflamatorios no esteroideos(ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, entre otros), tanto por vía oral como tópica; en el último caso en forma de crema o gel para frotar sobre la superficie lesionada.
También se debe intentar reducir al máximo la movilidad de la zona afectada, utilizando una férula o un dispositivo ortopédico removible. La aplicación de calor o frío en el área afectada también alivia el dolor.
En los casos en los que el dolor no remite, se recurre a una inyección de glucocorticoides en la vaina del tendón afectado que comúnmente se denomina infiltración. Diversos estudios señalan que la terapia convencional no invasiva de estimulación eléctrica transcutánea del nervio (TENS), obtiene mejores resultados que la inyección de glucocorticoides.
Una vez que pase el dolor, es necesario que el paciente con tendinitis realice fisioterapia de estiramiento y fortalecimiento del músculo y el tendón, para mejorar la cicatrización y prevenir lesiones futuras.
En ocasiones se recurre a la cirugía para limpiar el área afectada y disminuir la inflamación. En casos crónicos, la eliminación de la sección del tendón afectada con cirugía da buenos resultados.

Prevención de tendinitis

Si se quiere esquivar la tendinitis hay que evitar los movimientos repetitivos y la sobrecarga de brazos y piernas. También es aconsejable mantener los músculos fuertes y flexibles. Para ello, hay que ejercitar las extremidades superiores e inferiores, sin repetir excesivamente un mismo movimiento. Por tanto, para prevenir la tendinitis se recomienda alternar diversos tipos de movimientos, con pequeños intervalos de recuperación. La aparición de molestias es un indicador de que debe reducirse el ritmo del entrenamiento.
Conviene recordar que la musculatura puede ejercitarse en un plazo breve, de pocos meses, pero otras estructuras como los tendones y las articulaciones tienen un proceso de adaptación muy lento. Poseer la fuerza suficiente que permita realizar determinados movimientos no quiere decir que puedan ejecutarse sin riesgo de lesiones. Cuando se ha permanecido inactivo durante una temporada, debe prestarse todavía más atención a seguir una adecuada progresión en el ejercicio con el fin de evitar la aparición de nuevos episodios de tendinitis.
Si mientras realizamos un determinado ejercicio o una sesión de entrenamiento sentimos dolor en la zona lo mejor es parar y guardar reposo con el fin de evitar que el problema se cronifique.
También te recomendamos que mantegas una buena hidratación, ya que siempre ayuda a mantener una mejor vascularización de la zona.

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