quinta-feira, 9 de julho de 2015

Osteoma osteoide como causa de dolor vertebral


Osteoma osteoide como causa de dolor vertebral

Osteoid osteoma as a cause of vertebral pain

R Fernández-Rodríguez a, O Fagundo-González a, MJ Barberá-Loustaunau a, MT Santamaría-Solís a, JL Guerra-Peña a

a Servicio de Rehabilitación y Medicina Física. Complejo Hospitalario de Pontevedra. España.

Palabras Clave

osteoma osteoide, tomografía computarizada, espondilolisis, dolor vertebral.

Keywords

osteoid osteoma, computed tomography, spondylolysis, spinal pain.

Resumen

El osteoma osteoide es un tumor osteoblástico benigno que se observa con mayor frecuencia en hombres y suele aparecer entre los 7 y los 25 años de edad. La clínica más habitual es dolor de predominio nocturno que mejora con antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Su aparición es más frecuente en huesos largos, sin embargo puede asentar también en la columna vertebral, sobre todo lumbar. La región de la vértebra más comúnmente afectada es el arco posterior. El diagnóstico se confirma mediante al análisis anatomopatológico, siendo la tomografía computarizada (TC) la técnica de imagen de elección. Presentamos dos casos de osteoma osteoide espinal atípicos. En ambos el diagnóstico inicial se realizó mediante TC y gammagrafía ósea.

Abstract

Osteoid osteoma is a benign osteoblastic tumor that is most frequently observed in men and generally appears 7 and 25 years of age. The most common clinical manifestation is pain which increases at night and is relieved with non-steroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs). Its most common appearance is in the long tubular bones, however, we can also find it in the spine, most frequently in lumbar spine. Vertebral osteoid osteomas usually arise from the posterior elements. Computed tomography (CT) is the imaging technique of choice, although diagnosis is confirmed by pathology studies. Two cases of atypical spinal osteoid osteoma are presented. In both of them, CT and bone scintigraphy were helpful in obtaining the final diagnosis.

Artículo

INTRODUCCIÓNEl osteoma osteoide es un tumor osteoblástico benigno de características histopatológicas similares al osteoblastoma. Se diferencia de éste por su menor tamaño (se considera osteoma osteoide cuando es menor de 2 cm) y por no presentar una potencial maligniza-ción1-3. Supone un 10 % de todos los tumores óseos primarios benignos4.
Aunque la localización más frecuente es en huesos largos, en ocasiones asienta en la columna vertebral, sobre todo lumbar, seguida en frecuencia de la columna cervical, torácica y sacra. La región de la vértebra más comúnmente afectada es el arco posterior, siendo muy infrecuente su presencia en el cuerpo vertebral5,6.
Presentamos dos casos de osteoma osteoide espinal atípicos, uno por su localización en cuerpo vertebral de C7 y otro por su asociación con una espondilolisis. Asimismo, ofrecemos una revisión actualizada del osteoma osteoide de localización vertebral.
CASOS CLÍNICOSCaso 1Se trata de un varón de 27 años sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés. Presentaba una lumbalgia crónica desde la adolescencia que ha ido empeorando en los últimos 6 años. Refería ciatalgia izquierda y parestesias de predominio nocturno que cedían parcialmente con antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Recibió tratamiento fisioterápico y ortopédico sin apreciarse mejoría.
La primera radiografía de columna lumbosacra mostraba esclerosis en el arco de L5 y espondilolisis sin evidencia de espondilolistesis.
En el plazo de un mes se realizó una gammagrafía ósea en la que se apreciaba una lesión redondeada de pequeño tamaño con respuesta blástica muy elevada y homogénea a nivel L5-S1, con comportamiento similar a patología del tipo osteoma osteoide.
Con la intención de confirmar el diagnóstico se realizó una tomografía computarizada (TC) de columna lumbosacra, pero sólo se apreció una espondilolistesis y espondilolisis L5-S1, con una probable zona ósea de sobrecarga, justificable por la espondilolisis en ambos lados de la articulación sacroilíaca izquierda (fig. 1).


Fig. 1.—Imagen de tomografía computarizada. Se aprecia espondilolisis a nivel L5-S1.

Para completar el estudio se realizó una resonancia magnética nuclear (RMN) de columna lumbosacra, donde se observó una mínima espondilolistesis L5-S1 asociada a una probable espondilolisis bilateral, sin evidencia de hernias discales.
Dada la persistencia del dolor que no cedía a pesar del tratamiento conservador, tras un año de evolución, se decidió realizar un nuevo estudio completo con TC, RMN y radiografías de columna lumbosacra, así como radiografías de sacroilíacas. Se objetivó persistencia de la espondilolisis y además se visualizó una pequeña imagen luciente de más o menos 3 mm con centro hiperdenso a nivel de la articulación interapofisaria izquierda L5-S1, que podría corresponderse con la sospecha gammagráfica. También se apreciaron importantes alteraciones morfológicas en partes blandas adyacentes al aspecto lateral de L5 en relación con la inestabilidad de la lisis o el propio osteoma osteoide (fig. 2). Por el momento el paciente ha rechazado la opción de someterse a tratamiento quirúrgico.


Fig. 2.—Imagen de tomografía computarizada. En el arco posterior vertebral se observa una imagen compatible con osteoma osteoide.
Caso 2Se trata de una mujer de 31 años de edad con historia de cervicalgia de más de 18 meses de evolución. Presentaba dolor cervical irradiado al hombro derecho de predominio nocturno que interfería con el sueño y disestesias en la mano derecha. Refería mejoría parcial con AINE y miorrelajantes.
Mostraba dolor a la extensión cervical e inclinaciones laterales, sin disminución de la amplitud de movimiento, y dolor a la palpación de las apófisis espinosas de C7 y D1. No se evidenciaba afectación neurológica y la analítica era normal.
La radiografía de la columna cervical no evidenciaba compromiso discal ni artrosis.
En la RMN de columna cervical realizada 7 meses más tarde se apreciaba una alteración de señal en el cuerpo de C7, identificándose una pequeña porción de morfología nodular en región anterior de la vértebra que no cumplía criterios diagnósticos de hemangioma.
Posteriormente se realizó una gammagrafía ósea donde se apreciaba un aumento de la vascularización y reacción osteoblástica importante que afectaba al cuerpo vertebral de C7, datos compatibles con el diagnóstico de osteoma osteoide.
Se recomendó completar el estudio con una TC de columna cervical, que mostró una lesión esclerótica puntiforme con halo radiotransparente localizada en el margen anterior del cuerpo vertebral de C7 asociado a refuerzo y distorsión del patrón trabecular en el resto del cuerpo vertebral, sin afectación del arco posterior. La imagen era sugestiva de osteoma osteoide (fig. 3).


Fig. 3.—Imagen de tomografía computarizada. Se objetiva la lesión en el margen anterior del cuerpo de C7.

La paciente fue intervenida, realizándose resección completa de la lesión con la consiguiente remisión global de la sintomatología. Se llegó a la confirmación diagnóstica definitiva tras el estudio histopatológico de la lesión.
DISCUSIÓNEl osteoma osteoide fue descrito por primera vez por Jaffe en 1935 como un tumor osteoblástico benigno con un núcleo central de tejido osteoide vascularizado y una zona periférica de hueso esclerótico7. Se observa con mayor frecuencia en hombres en una proporción de 2-3:1, entre los 7 y los 25 años8,9.
La clínica más habitual es dolor de características inflamatorias, de predominio nocturno y que mejora con AINE. Cuando la localización es espinal, dependiendo del nivel vertebral afectado, puede provocar dolor radicular y a menudo se acompaña de escoliosis, tumefacción local y atrofia de musculatura paraespinal. Son relativamente infrecuentes las alteraciones neurológicas9.
La localización más frecuente del osteoma osteoide es la diáfisis de huesos largos, principalmente fémur. En los raros casos en que se ve afectada la columna vertebral, normalmente se localizan en los elementos posteriores o bien en la parte posterior del cuerpo vertebral extendiéndose hacia atrás5.
En una revisión de 860 casos, el nivel vertebral afectado en orden de mayor a menor frecuencia fue lumbar (60 %), cervical (27 %), torácico (12 %) y sacro (2 %)3,10.
La técnica de diagnóstico por imagen que recomienda toda la literatura consultada es la TC, que mostrará una imagen redondeada radiolucente o parcialmente calcificada, rodeada de una zona de esclerosis, lo que se denomina nidus11,12. La gammagrafía ósea apoya el diagnóstico por la imagen característica de este tipo de tumor. Otras ayudas diagnósticas son la radiografía simple y la RMN. Los métodos actuales de diagnóstico por imagen hacen que no sea imprescindible la realización de una biopsia para llegar a una confirmación del mismo.
Cabe destacar la demora en el diagnóstico de esta patología. En el primero de los casos presentados el diagnóstico final tardó 6 años en alcanzarse debido a la existencia de una patología ya filiada (espondilolisis), confirmada mediante pruebas de imagen, lo cual hizo obviar otras posibilidades diagnósticas, dada la compatibilidad de la clínica con la primera. A todo esto contribuyó la baja prevalencia de este tumor. En el segundo caso el diagnóstico fue más rápido al no existir otra patología asociada.
El tratamiento de elección es el quirúrgico, aunque el índice de recidivas es elevado. Otra opción terapéutica es la electrocoagulación percutánea con radiofrecuencia13. Se han realizado estudios que demuestran su eficacia y seguridad en el tratamiento de esta patología, sin embargo, cuando la localización del tumor es vertebral se desaconseja su uso debido al riesgo de dañar estructuras nerviosas.
El osteoma osteoide es una causa poco frecuente de dolor espinal atípico, por lo que suele tener un diagnóstico tardío. La mala respuesta al tratamiento farmacológico y rehabilitador conduce a la realización de pruebas de diagnóstico por imagen que acaban confirmando su presencia.
Ante un dolor espinal de largo tiempo de evolución resistente al tratamiento y de ritmo nocturno, a pesar de que exista un componente de dolor mecánico asociado, e incluso coexistiendo otra patología que justifique ese dolor, no se debe excluir el diagnóstico de osteoma osteoide.
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses

Bibliografía

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